Qué es Fe:
La fe es la creencia, confianza o asentimiento de una persona en relación con algo o alguien y, como tal, se manifiesta por encima de la necesidad de poseer evidencias que demuestren la verdad de aquello en lo que se cree. La palabra proviene del latín fides, que significa ‘lealtad’, ‘fidelidad’.
Nuevo Testamento:
oÉl les respondió: «¿Por qué tienen miedo, hombres de poca fe?». Y levantándose, increpó al viento y al mar, y sobrevino una gran calma. Mt, 8, 26.
oAl ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: «Ten confianza, hijo, tus pecados te son perdonados». Mt 9, 2.
oJesús se dio vuelta, y al verla, le dijo: «Ten confianza, hija, tu fe te ha salvado». Y desde ese instante la mujer quedó curada. Mt 9, 22.
oEntonces Jesús le dijo: «Mujer, ¡qué grande es tu fe! ¡Que se cumpla tu deseo!». Y en ese momento su hija quedó curada. Mt 15, 28.
oLes aseguro que si tuvieran fe del tamaño de un grano de mostaza, dirían a esta montaña: «Trasládate de aquí a allá», y la montaña se trasladaría; y nada sería imposible para ustedes». Mt 17, 20.
oJesús les respondió: «Les aseguro que si tienen fe y no dudan, no sólo harán lo que yo acabo de hacer con la higuera, sino que podrán decir a esta montaña: «Retírate de ahí y arrójate al mar», y así lo hará. Todo lo que pidan en la oración con fe, lo alcanzarán». Mt 21, 21-22.
o«Si puedes hacer algo, ten piedad de nosotros y ayúdanos». «¡Si puedes...!», respondió Jesús. «Todo es posible para el que cree». Inmediatamente el padre del niño exclamó: «Creo, ayúdame porque tengo poca fe». Mc 9, 22-24.
oSi alguien llegara a escandalizar a uno de estos pequeños que tienen fe, sería preferible para él que le ataran al cuello una piedra de moler y lo arrojaran al mar. Mc 9, 42.
oJesús respondió: «Tengan fe en Dios. Porque yo les aseguro que si alguien dice a esta montaña: «Retírate de ahí y arrójate al mar», sin vacilar en su interior, sino creyendo que sucederá lo que dice, lo conseguirá. Mc 11, 22-23.
oJesús dijo a la mujer: «Tu fe te ha salvado, vete en paz». Lc 7, 50.
oLos Apóstoles dijeron al Señor: «Auméntanos la fe». Lc 17, 5.
oLuego dijo a Tomás: «Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe». Tomas respondió: «¡Señor mío y Dios mío!». Jesús le dijo: «Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!». Jn 20, 27-29.
oEl justo vivirá por la fe. Rom 1, 17.
oPor eso, la herencia se obtiene por medio de la fe, a fin de que esa herencia sea gratuita y la promesa quede asegurada para todos los descendientes de Abraham, no sólo los que lo son por la Ley, sino también los que lo son por la fe. Porque él es nuestro padre común. Rom 4, 16.
oPorque el marido que no tiene fe es santificado por su mujer, y la mujer que no tiene fe es santificada por el marido. 1 Cor 7, 14.
o…ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor, pero la más grande todas es el amor. 1 Cor 13, 13.
oPermanezcan firmes en la fe. 1 Cor 16, 13.
oAhora bien, la fe es la garantía de los bienes que se esperan, la plena certeza de las realidades que no se ven. Heb 11, 1.
oLo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta. Sin embargo, alguien puede objetar: «Uno tiene la fe y otro, las obras». A ese habría que responderle: «Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe». Sant 2, 17-18.
Características de la fe
Desde el punto de vista teológico, la fe cumple con las siguientes características:
Se recibe como una gracia o un don;
Es un acto humano que no se riñe ni con la libertad individual ni con la dignidad del ser;
Se entiende que la inteligencia y la voluntad humana cooperan con la fe;
La fe se fortalece en la experiencia;
La fe toma por cierta la revelación;
La fe impulsa a profundizar en la relación y el conocimiento;
La fe está abierta al conocimiento, al considerar todas las cosas como provenientes del ser supremo;
La fe es perseverante, y de ello dependen avanzar en el camino;
La fe es necesaria para la liberación del sujeto respecto de sus aprehensiones.
Importancia de la fe
Muchos se preguntan para qué sirve la fe y cuál es su importancia. Lo primero es comprender que la fe es un valor protagónico en la vida humana, y no solo en relación con los sistemas de creencias religiosas.
Desde el punto de vista antropológico, la fe puede comprenderse como la confianza que se deposita en alguien para que se haga digno de esa fe.
Vista así, la fe es el principio mediante el cual el ser humano establece relaciones con otros, sea que se trate de otros seres humanos o de una entidad superior.
La fe es el principio de toda relación interpersonal. Y de hecho, la aplicamos más de lo que creemos. Cuando al conocer a alguien nos dice su nombre, edad y oficio, "damos fe" a sus palabra, a lo que esa persona revela de sí misma, a partir de lo cual se establece una relación.
Por ejemplo, de la fe (en su sentido antropológico) depende la convicción de que los niños pueden aprender y, por lo tanto, depende la paciencia de sus educadores (padres, representantes o maestros). Mientras más fe, más paciencia.
Lo mismo puede ser dicho en todos los aspectos de la vida humana. La fe es lo que permite al individuo confiar en otros y en sí mismo, a adquirir actitudes de esperanza y afecto que humanizan su experiencia vital.
El ciego Bartimeo recibe la Vista
Marcos 10:46-52 RVR1960 - .
46 Entonces vinieron a Jericó; y al salir de Jericó él y sus discípulos y una gran multitud, Bartimeo el ciego, hijo de Timeo, estaba sentado junto al camino mendigando.
47 Y oyendo que era Jesús nazareno, comenzó a dar voces y a decir: !!Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí!
48 Y muchos le reprendían para que callase, pero él clamaba mucho más: !!Hijo de David, ten misericordia de mí!
49 Entonces Jesús, deteniéndose, mandó llamarle; y llamaron al ciego, diciéndole: Ten confianza; levántate, te llama.
50 El entonces, arrojando su capa, se levantó y vino a Jesús.
51 Respondiendo Jesús, le dijo: ¿Qué quieres que te haga? Y el ciego le dijo: Maestro, que recobre la vista.
52 Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha salvado. Y en seguida recobró la vista, y seguía a Jesús en el camino.
Fe de la mujer sirofenicia
Marcos 7:24-30. (Mr 7:24-30)
"Levantándose de allí, se fue a la región de Tiro y de Sidón; y entrando en una casa, no quiso que nadie lo supiese; pero no pudo esconderse. Porque una mujer, cuya hija tenía un espíritu inmundo, luego que oyó de él, vino y se postró a sus pies. La mujer era griega, y sirofenicia de nación; y le rogaba que echase fuera de su hija al demonio. Pero Jesús le dijo: Deja primero que se sacien los hijos, porque no está bien tomar el pan de los hijos y echarlo a los perrillos. Respondió ella y le dijo: Sí, Señor; pero aun los perrillos, debajo de la mesa, comen de las migajas de los hijos. Entonces le dijo: Por esta palabra, ve; el demonio ha salido de tu hija. Y cuando llegó ella a su casa, halló que el demonio había salido, y a la hija acostada en la cama."
LA FE DE LA MUJER DEL FLUJO DE SANGRE
“…CUANDO OYÓ HABLAR DE JESÚS SE ACERCÓ POR DETRÁS ENTRE LA MULTITUD…” (Marcos 5:27)
No conocemos su nombre, pero sabemos que había estado sangrando durante doce años, había sufrido mucho a manos de todo tipo de médicos, había gastado todo lo que tenía, y le iba aun peor (Ver los versículos 25 y 26).
Aquello que la cultura occidental llama discretamente “condición femenina” había devastado la vida de esta mujer. En cuanto a la sexualidad, no podía tocar a su marido. En cuanto a la maternidad, no podía tener hijos. En cuanto a las labores domésticas, todo lo que tocaba se consideraba impuro. En cuanto a lo espiritual, no podía entrar en el Templo. Ahora, físicamente agotada y socialmente aislada, piensa: Si solamente puedo tocar a Jesús, seré sanada.
Pero primero tuvo que abrirse camino entre la multitud que la separaba de Él. ¡Y tú también tendrás que hacerlo! A aquellos que te digan que el tiempo de los milagros ha pasado tendrás que decir: “No hay un tiempo de los milagros, sólo existe el Dios de milagros y Él nunca cambia”. A aquellos que te dicen:
“Hay demasiados hipócritas en la iglesia”, tendrás que responder: “No fijo mis ojos en los cristianos, los fijo en Cristo (Ver Hebreos 12:2). Las personas me pueden fallar, pero Él nunca lo hará”. La multitud tiene sus razones, pero nadie debe impedir tu acceso a Jesús.
Cuando esta mujer llegó finalmente hasta Jesús, ocurrieron dos cosas:
(1) Él la sanó. La fe de ella obtuvo la respuesta inmediata de Jesús – ¡y tu fe la obtendrá también!
(2) Es la única mujer a la cual Él llamó “hija” en las escrituras (Ver el versículo 34).
¡Imagínate como debió sentirse! Hoy, Jesús está al alcance de tus oraciones y de tu fe. ¡Así que alcánzale, tócale y sé sanado/a!