Verdad
Central
Hay
una influencia hereditaria que afecta nuestras vidas y es la
maldición de la parentela. Bíblicamente, lo que hicieron nuestros
padres, abuelos, bisabuelos y tatarabuelos tiene mucho poder sobre
nuestras vidas; por lo tanto, cuando nosotros aceptamos a Cristo,
necesitamos renunciar a todo lo negativo que se esté manifestando en
nuestras vidas, porque podría ser una herencia maldita de parte de
nuestros abuelos.
Texto
Bíblico
"Entonces
Jehová dijo a Abram: "Vete de tu tierra, de tu parentela y de
la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.'' Génesis
12:1
Introducción
Ahora
bien, la poderosa influencia de las costumbres familiares crearon en
su vida formas, usos y costumbres, que se impusieron.
Estas
lo llevan a hacer cosas que no sabe siquiera por qué, y hacen que le
sucedan cosas que nunca anheló.
Por
ejemplo, en la India muchos adoran la vaca, sólo porque su padre
adora a la vaca y no piensan que mejor es adorar al Dios que hizo a
la vaca. Nosotros tenemos que estar dispuestos a confrontar toda
costumbre que sea contraria a la Palabra de Dios, porque todas estas
costumbres son un epicentro de maldición.
La
maldición de la parentela trae como consecuencia, herencia de
pobreza, divorcio, pérdidas económicas, enfermedades, familias
conflictivas, el descuido, el dolor y la enfermedad. Es Quebrantando
la Maldición de la Parentela
Es
necesario
que toda nueva vida en Cristo, renuncie a la maldición de sus 36
abuelos, porque si no lo hace, se le pueden manifestar cualquier
clase de maldición, en la que vivieron sus abuelos en los tiempos
antiguos.
Textos
de Meditación Profunda
Esta
escritura revela que cuando caminas de acuerdo con la Palabra de Dios
y vives con ella, puedes pedir a Dios lo que quieras, y Dios te lo
dará.
1.
"Si
permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid lo
que queráis, y os será hecho." Juan
15:7
Dios
quiere que tú pidas, para que vivas el gozo de que Dios es
tu
padre y te responde.
2.
"Hasta
ahora no habéis pedido nada en mi nombre. Pedid y recibiréis, para
que vuestro gozo sea completo." Juan
16:24
Cuando
usted está sometido a la voluntad de Dios es decir viviendo su
Palabra, puede pedir porque el oído de Dios está pendiente a sus
oraciones.
3.
"Y
ésta es la confianza que tenemos delante de él: que si pedimos algo
conforme a su voluntad, él nos oye." 1
Jn 5:14
Esta
es una escritura muy preciosa porque revela el éxito, la
firmeza
y la prosperidad.
4.
"El
justo florecerá como la palmera; crecerá alto como el cedro en el
Líbano." Salmo
92:12
Dios
es el poder de tu liberación, estando con él, tu vida está llena
de firmeza, fuerza y poder.
5.
"Jehová
es mi roca, mi fortaleza y mi libertador. Mi Dios es mi peña; en él
me refugiaré. El es mi escudo, el poder de mi liberación y mi
baluarte." Salmo
18:2
Cuando
haces a Jesucristo el Señor de tu vida, el Espíritu Santo vive en
ti y te da fuerza, poder y libertad.
6.
"El
Espíritu del Señor Jehová está sobre mí, porque me ha ungido
Jehová." Isaías
61:1
Este
versículo revela la confianza como el rey David se le acercaba a
Dios, David le hablaba como a su mejor amigo,
hágalo
usted también.
7.
"¡Tú
eres mi socorro, mi liberador, Señor, no tardes más! Oh Dios, ven a
salvarme." Salmo
70:5
Los
Pactos de los Abuelos
Una
línea de maldición a la que tenemos que renunciar, es todo
compromiso que nuestros abuelos, bisabuelos y tatarabuelos hicieron
en tiempos antiguos. Esto significa que si un abuelo, por
desconocimiento a la Palabra de Dios, fue a un brujo o invocador de
espíritus y pidió algo, esa potestad, en ese momento tomó dominio
de esa familia desde allí en adelante, aunque usted todavía no
había nacido. Por lo tanto, tiene que renunciar en el nombre de
Jesucristo a todo pacto oscuro de los antiguos.
• Si
sus abuelos fueron alcohólicos; tiene que renunciarlo.
• Si
fueron fornicarios; tiene que renunciarlo.
• Si
sufrieron muertes perversas; tiene que renunciarlo.
• Si
no tuvieron matrimonios estables, sino que
vivieron
en fornicación y adulterio; tiene que renunciarlo.
Usted
tiene que renunciar a todo lo que sea maldición de los antiguos.
Ahora, cuando los antiguos han sido firmes adoradores a Dios, como lo
fueron Abraham, Isaac y Jacob, todo cambia; por eso la bendición del
pueblo judío es que en
esa
tierra nació Jesucristo, y por lo tanto ellos son un pueblo escogido
por Dios y bendecido para siempre. Todo eso por la adoración
correcta de sus fundadores.
Todos
los sacrificios y pactos de nuestros antepasados afectan nuestras
vidas y las de nuestras familias. Nosotros sabemos que todo está
vinculado a que nuestros antepasados hicieron compromisos
espirituales sin la revelación de la
Palabra
de Dios, es por eso que a usted le pueden ocurrir cosas que ni
siquiera sabe por qué.
Las
Maldiciones Familiares
Hay
cosas que uno no quisiera realmente confrontar pero es lo mejor, para
ser verdaderamente libres de las maldiciones. Por ejemplo, cuando en
la familia han habido muchos divorcios, robos, muertes de cáncer y
accidentes repentinos, nosotros tenemos que renunciar a esas
herencias de maldición. Cuando
hemos
visto la muerte repentina, la pérdida continua en lo económico, los
continuos pleitos y enfermedades extrañas, es necesario renunciar a
esas maldiciones.
Los
160 años de Maldición
Son
160 años de maldición antes de usted, compromisos espirituales que
tenemos que examinar, y lo que no sea bueno renunciar. Algo sencillo
como esto: Si no ha tenido éxito en el matrimonio o en las finanzas,
en la salud y en la relación familiar, es decir, comunión con hijos
e hijas, hay que examinarlo. Usted no está obligado a aceptar algo
que es contrario a lo que Dios predestinó para su vida.
No
podemos ser sentimentalistas con todo aquello que nos perjudica; tome
autoridad espiritual y renuncie en el nombre de Jesucristo.
¿Cómo
sabemos que existe algo que no es la voluntad de Dios para nuestras
vidas?
Lo
sabemos, porque nos roba la paz, elimina la felicidad y trae dolor y
sufrimiento.
Conclusión
Hoy
delante del Espíritu Santo, y por el poder de la bendita Palabra de
Dios, nos acercamos con fe ante el Dios Todopoderoso para declarar
nuestras acciones de fe y por nuestra total liberación, en el nombre
de nuestro Señor Jesucristo.
Oración:
Hoy,
renunciamos a toda atadura y maldición, que vino en nuestros genes,
de parte de nuestras familias y nos apegamos al poder de la sangre de
Cristo, y declaramos nuestra total liberación por el poder de la
Palabra y la bendita redención de mi vida por Jesucristo. Amén.