Muchos de nosotros en realidad
nos sentimos como se sintió Moisés al bajar del monte, donde había
experimentado la gloria de Dios. Dios le dio las tablas de la ley escritas con
su propio dedo, pero cuando descendió del monte, encontró al pueblo
desenfrenado y entregado a la idolatría. Esto le quebrantó el corazón a Moisés,
rompió las tablas de la ley, quiso renunciar al ministerio. Todo líder tiene que
afrontar situaciones difíciles, donde puede pensar que se equivocó, y puede
sentirse tentado a renunciar al ministerio, pero hay un fuego que arde dentro
de su corazones que los motiva a continuar. Moisés empieza a hablar con Dios y
le presenta sus propios argumentos. (Éxodo 33:12-23)
Ø PREPARADOS
PARA SOPORTAR
Como líderes tendremos que
soportar con madurez algunos aspectos, que si lo sabemos manejar, no causarán
ningún efecto, los líderes de nuestros días podrán encontrar situaciones como
las siguientes:
ü
La crítica: Dos aspectos afectan mucho a los siervos de Dios,
1.
ver el menosprecio,
2.
escuchar la
crítica, (Isaías 42:19,0).
Jeremías pudo contrarrestar la
crítica, a través de la fe: “Mas
Jehová está conmigo como poderoso
gigante” (Jeremías 20:11). A los apóstoles la crítica, no les hizo cambiar
prioridades. (Hechos 6:1-2)
ü
La fatiga: El trabajo del líder es intenso, y puede acarrear cansancio,
especialmente cuando no se tienen en cuenta la importancia de delegar algunas
funciones, fue el caso de Moisés (Éxodo 18:18). No obstante, cuando las
actividades se incrementan, la tensión puede evitarse, si tan solo llevamos
nuestra carga y la depositamos a los pies del Señor: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré
descansar” (Mateo 11:8)
ü
Tiempo: David le dijo a Dios: “En
tu mano están mis tiempos” (Salmo 31:15), cuando nuestro tiempo es redimido
en la presencia de Dios, trabajaremos de una manera mucho más eficaz, El Señor
Jesús, aparentemente por treinta años, permaneció en el anonimato, mas cuando
llegó el tiempo de Dios, dio inicio a su ministerio, y en tan solo tres años y
medio, logró redimir la humanidad, fundar la iglesia, y dividir el curso de la
historia. Rindamos tanto nuestras vidas y ministerios en las manos del Señor, y
él nos ayudará a redimir el tiempo.
ü
La soledad: “Mas él se apartaba a
lugares desiertos, y oraba” (Lucas 5:16). Los tiempos de soledad deben ser
aprovechados para incrementar la relación devocional con Dios a fin de fortalecernos en Dios. “Tarde y mañana y a mediodía oraré y
clamaré, y él oirá mi voz. Él redimirá en paz mi alma de la guerra contra mí,
aunque contra mí haya muchos” (Salmo 55:17,18)
ü
Decisiones: “Esto, pues, determiné para conmigo, no ir otra vez a vosotros con
tristeza” (2ª Corintios 2:1) Pablo tomó la decisión, de siempre presentarse
con gozo ante los creyentes de corintio, y que sus palabras les elevaran los
ánimos. Todo líder tiene que tomar decisiones. Cuando estas se llevan a cabo en
oración, se verán resultados favorables. David antes de tomar cualquier
decisión en su vida, consultaba con Dios.
ü
Rechazo: Lo opuesto a la aceptación es el rechazo, Pablo fue rechazado por
los de su nación, pero esto no lo hizo ceder a los caprichos de ellos, antes se
mantuvo firme sin importar lo que se le viniera. Saúl por querer congraciarse
con el pueblo, desobedeció a Dios y fue desechado como rey. Jesús al ser
rechazado por los judíos, abrió su misericordia a los gentiles. (Juan 1:11-12)
LO QUE EL SEÑOR PROMETE
ü Darnos
ciudades y naciones
“Si Jehová se agradare de nosotros, él nos llevará a esta tierra, y nos
le entregará; tierra que fluye leche y miel” (Números 14:8)
ü Autoridad
espiritual
“Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los
espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda enfermedad, y
toda dolencia” (Mateo 10:1)
ü Prosperidad
en todas las dimensiones
“Amado, yo deseo
que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma” (3 Juan 2)
EL LIDERAZGO DE EXITO ESTA A NUESTRO ALCANCE. HEMOS NACIDO PARA LIDERAR
E INFLUIR POSITIVAMENTE EN OTROS, NO IMPORTA EL PRECIO QUE TENGAMOS QUE PAGAR,
EL ESFUERZO QUE TENGAMOS QUE HACER, LAS BATALLAS QUE TENGAMOS QUE LIBRAR,
SABEMOS QUE DIOS NOS LLAMO A SU SERVICIO, Y NOS APOYAREMOS COMPLETAMENTE EN EL,
PORQUE EL GUARDARA NUESTRA ALMA DE LA ANGUSTIA , Y NOS HARÁ FRUCTIFICAR EN NUESTRO
MINISTERIO.