domingo, 20 de junio de 2021

VIVIENDO BAJO LAS PROMESAS DE DIOS Salmo 23:1 El Señor es mi pastor, nada me falta;

 

VIVIENDO BAJO LAS PROMESAS DE DIOS

Salmo 23:1

El Señor es mi pastor, nada me falta;

JEHOVÁ ES EL PASTOR

Dios no es pastor de todas las personas, sino sólo de aquellos que deciden que él lo sea. Cuando no confiamos en las promesas de Dios actuamos como ateo Más Cuando entregamos nuestra vida a el es nuestro dueño.

 Cuando el es dueño entonces si será nuestro pastor Dios debe estar en el control de nuestras vidas, Dios conoce de todas nuestras preocupaciones y el es único que nos puede ayuda  Hoy el té da una promesa.

 Promesa; una palabra empeñada que no vuelve atrás

1- fiel es el que prometió. Salmo 117: 2

 2- él siempre está contigo. Isaías 43:2-5

3- sus promesas nunca fallan ya que para él somos de grande estima. Isaías 43:4

4- somos su gloria isaias; 43:7 malaquias 3:17

5- ha prometido grandes cosas A- nuestra vida espiritual quienes somos Isaías 44:2. 45:2-3 nuestra vida física y material.  Isaías 44:7-10

6- por tanto aun en las cosas difíciles para el hombre su palabra también se cumple. Isaías 54:1-3

7- aún en la dura lucha su palabra nos inspira a seguir Isaías 54:16-17. Salmo 20

8- creer en los momentos donde no hay y alabar a Dios. Hebreos 3:17-19 Sus promesas firme para tu vida

Tú debes reconocer

A- que ya no eres esclavo

B- que Jehová es tu Dios

C- que él es tu grande refugio. Deut 33:27

D- que él ha dicho que me ciñe de fuerza salmos 18:32

E- él ha declarado que me restituirá los años perdidos Joel 2:25

F- que la mano de Jehová es para bien. Esdras 8:22

G- en Dios haremos proezas salmo 108:13

H- Dios me traerá

medicina y abundancia Jeremías 33:6

I- que Jehová me pastoreará siempre . Isaías 58:11

 

Sabes cuantas promesas hay en la biblia:  3573 promesas

Debemos aprender  cómo apropiarnos de ellas  y obtener la protección y bendición del Todopoderoso Dios en todo momento y lugar

o 1.1 Conoce las promesas de Dios en la Biblia que podemos obtener para una mejor vida

§ 1.1.1 Las promesas de Dios para sus hijos en referencia al propósito

§ 1.1.2 Promesas bíblicas sobre el perdón

§ 1.1.3 La promesa de la paz

§ 1.1.4 La promesa de permanencia

§ 1.1.5 La promesa de la Presencia

§ 1.1.6 La promesa de provisión

§ 1.1.7  La promesa del poder

§ 1.1.8 La promesa del paraíso

§ 1.1.9 La promesa de participación

§ 1.1.10 La promesa de la persecución

 

Promesas para el proposito

«Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis», Jeremías 29: 11.

Promesa sobre el perdon

«Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús, los que no andan conforme a la carne, sino conforme al Espíritu. Porque la ley del Espíritu de vida en Cristo Jesús me ha librado de la ley del pecado y de la muerte», Romanos 8:1-2

Promesa sobre la pàz

Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7

 

Promesas de permanencia

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre», Juan 10:27-29

 

Promesa de su presencia

«Sean vuestras costumbres sin avaricia, contentos con lo que tenéis ahora; porque él dijo: No te desampararé, ni te dejaré.» Hebreos 13:5

 

 Promesas de poder

«Pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.» Hechos 1:8

 

La promesa del paraíso

«No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí.  En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis.» Juan 14:1-3

 

La promesa de participación

«Por medio de las cuales nos ha dado preciosas y grandísimas promesas, para que por ellas llegaseis a ser participantes de la naturaleza divina, habiendo huido de la corrupción que hay en el mundo a causa de la concupiscencia». 2 Pedro 1:4

 

La promesa de la persecución

«Y también todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús padecerán persecución». 2 Timoteo 3:12 Está de trata de la promesa menos reclamada ya que a nadie le gusta proclamar esta promesa, pero está allí en las escrituras. La promesa de la persecución cambia cómo se acercan a los juicios y el sufrimiento.

 

 

 

domingo, 6 de junio de 2021

Manteniéndonos Firmes en las Promesas de Dios (Hebreos 6:12-18)

 El Dios Todopoderoso no miente. No está en su naturaleza retractarse de sus promesas. Siempre que dice que hará algo, esa cosa es hecha. Dios no puede ser obstaculizado. Él es el creador del cielo y de la tierra, el Dios Todopoderoso, Rey de reyes y Señor de señores. Todas las cosas, las de este reino y del
celestial, fueron creadas por Él. Él hizo las cosas que podemos ver y las que nos son invisibles - tales como tronos, reinos, gobernantes y autoridades del mundo invisible. Todo fue creado por Él y para Él. Dios existió antes que nada y sostiene a la creación (Colosenses 1:16-17). De hecho sólo los necios dicen en su corazón “no hay Dios” (Salmo 14:1)

Dios existe y reina sobre los reinos de este mundo (Daniel 4:25). Todo lo que tenemos que hacer es confiar en Él, nunca dudar y mantenernos firmes en sus hermosas promesas. El llanto puede durar toda la noche, pero el gozo viene en la mañana (Salmo 30:5).

No se de por vencido en los sueños y deseos que Dios le dio , Dios hará lo que dijo que haría en su vida. Tal vez sólo tiene que ejercitar más paciencia y nunca darse por vencido en su confesión de fe. No deberíamos ser desinteresados espiritualmente, inactivos e indiferentes sólo por expectativas que aun no han sido cumplidas. En lugar de ello deberíamos seguir el ejemplo de aquellos que heredan las promesas de Dios por su fe y perseverancia (Hebreos 6:12). Abraham decidió creerle a Dios a pesar de su muy avanzada edad y otras circunstancias negativas que le rodeaban. Él decidió confiar en la fuerza y fidelidad de Dios, que nunca cambian.

Las promesas de Dios son acerca de su palabra que no falla, Su integridad, Su fidelidad, Su santidad y Su incapacidad de mentir. Por ejemplo, está la promesa de Dios a Abraham. Cuando Dios hizo su promesa a Abraham, como no tenía a nadie superior por quien jurar, juró por sí mismo “Te bendeciré en gran manera y multiplicaré tu descendencia”. Y así, después de esperar con paciencia, Abraham recibió lo que se le había prometido (hebreos 6:13-15). La palabra clave aquí es paciencia. La capacidad de esperar pacientemente ante Dios demuestra confianza absoluta, esperanza y fe inquebrantable en el Dios viviente.

El enemigo querrá que dudemos de Su fidelidad trayendo pensamientos y opiniones contrarios que están fuera de la palabra de Dios. Debemos ignorar esos pensamientos negativos y seguir manteniendo una actitud positiva frente a la fe. Cuando nuestro Señor Jesucristo le dijo a sus discípulos que Él sufriría muchas cosas incluyendo la muerte en la cruz (Mateo 16:21-23), Pedro levantó una objeción. “—¡De ninguna manera, Señor!¡Esto no te sucederá jamás!” (Mateo 16:22). Pero Cristo sabía que estaba alineado con la voluntad de Su Padre que Él pasara por sufrimientos tan severos. Él descartó inmediatamente ese pensamiento. “Jesús se volvió y le dijo a Pedro: — ¡Aléjate de mí, Satanás! Quieres hacerme tropezar; no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres” (Mateo 16:23). El enemigo puede usar cosas que uno ve o personas cercanas para traer pensamientos inapropiados a su mente. Cuando se ve tentado a volver a considerar ó a dudar la fidelidad de Dios, por favor clame “¡Aléjate de mí, Satanás!”

Estar en el centro de la voluntad de Dios no implica que no habrá sufrimientos o momentos en que todo parece que no está funcionando. Su fe está siendo probada. Su amor inmutable y sus misericordias parecen estar muy lejos. En tales momentos de duda y de nubes negras, no debe perder el enfoque. Debe aprender a decir “Está bien para mi alma”. En lugar de quedar agobiado por los sentimientos hirientes y negativos de una situación desagradable, usted debe sentirse confortado, fortalecido y animado por Su presencia. Dios está donde usted está. Escuche lo que Dios dice: Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas. (Isaías 43:2). Él siempre está con nosotros (Mateo 28:20), y por lo tanto no debemos temer.

Necesitamos orar para llevarnos a través de los tiempos difíciles. Los familiares y las amistades pueden ser incapaces de protegernos en los tiempos de pruebas severas a menos que hayamos aprendido a estar a solas con Dios en oración. En Mateo 26:38-42, Cristo a través de la oración superó la más grande prueba en Su misión redentora. Los pensamientos acerca de los sufrimientos y la muerte en la cruz parecían abrumadores. Pero Cristo venció y encontró fortaleza en Su misión a través de la oración (Mateo 26:38). Debemos aprender a entregar nuestros intereses, cargas y preocupaciones al Señor ya que Él se interesa por nosotros.

A Dios le importamos. A Él le importamos y es un Padre muy fiel. Él es fiel para perdonar pecados (1 Juan 1:9).
Él es fiel para cumplir sus promesas (Hebreos 10:23). Él es fiel para contestar cuando le buscamos. El pecado y la falta de fe son los principales obstáculos para recibir las bendiciones de Dios. La paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios en Cristo Jesús es la vida eterna (Romanos 6:23). Debemos elegir aceptar la oferta gratuita de salvación que Cristo nos hace, a través de la genuina confesión y arrepentimiento. “que si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor, y crees en tu corazón que Dios lo levantó de entre los muertos, serás salvo. Porque con el corazón se cree para ser justificado, pero con la boca se confiesa para ser salvo” (Romanos 10:9-10). Debemos elegir nunca dudar de la palabra de Dios, sino sólo creer que Dios hará lo que ha prometido. Debemos mantenernos firmes en las promesas de Dios sin vacilar. Dios es muy bueno, grande, misericordioso y fiel.